El valle verde que nos parió una tarde que a otras infinitas tarde lleva
el espíritu guardián del huizache canta en voz baja...
recordamos el lenguaje de los pájaros
mientras subimos y descendemos a la colina
al reino de los muertos
el cementerio nos permite caminar de la mano
contra el aire de febrero
el camposanto escribe
nuestras huellas en el crepúsculo
rumbo a la eternidad y un día
el espíritu guardián del mezkite canta, en cardenche:
aquí me voy a estar
hasta que amanezca este árbol
porque no ha querido dar
una luz que a mi me agrade
la primera luz que dio
esa fue la de mi padre
y desde entonces
ese árbol se secó...
recordamos el lenguaje de los pájaros
mientras subimos y descendemos a la colina
al reino de los muertos
el cementerio nos permite caminar de la mano
contra el aire de febrero
el camposanto escribe
nuestras huellas en el crepúsculo
rumbo a la eternidad y un día
el espíritu guardián del mezkite canta, en cardenche:
aquí me voy a estar
hasta que amanezca este árbol
porque no ha querido dar
una luz que a mi me agrade
la primera luz que dio
esa fue la de mi padre
y desde entonces
ese árbol se secó...
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