Piratas del Caribe y el código da Vinci.

Cada una de las mil y un mujeres
de esta tierra
al igual que la mayoría
de las mujeres del mundo
guarda un cofre del tesoro
una castaña de la vida y la muerte
que palpita
en una isla del Pacífico sur
en una bahía del Atlántico norte.

El tesoro de esa castaña
es anterior
a la acumulación originaria del capital
realizada por los bucaneros ingleses
y los corsarios de Francia
y más anterior aún
que la transformación
del brillo del sol en oro
y la luz de la luna en plata.

Por eso los piratas rondan
los mares nuestros
y buscan grandes riquezas
piensan en doblones y metales preciosos
aunque la bruja negra que habita
la pequeña isla
les habla del tesoro más grande
la dorada castaña
esa que sus corazones ambiciosos
no saben mirar.