Wednesday, January 03, 2007

Andanzas tololoascheras, andanadas de tololosche

I
Su especialida era cazar tololoches con arpón en los mares del norte cercanos a la costa de Chihuahua.
II
Los encontró como no queriendo, caminando apaciblemente “allá te espero por las calles de Chihuahua”, sin que se dieran cuenta que andaba merodeando con su cámara en bandolera, a la manera de una AR-15. Se detuvieron para deleitar a los transeúntes y sacaron su arma antidiluviera el tololoche.
III
No se sabe quien fue más rápido, si los músicos nómadas o la fotógrafa metralleta, pero aquello fue una masacre y todos empezaron a bailar y ahí siguen wailando sin fin.

Historia del tololoche del fin del mundo

Decía que nuestro tío Jesús tenía un tololoche tan grande tan grande -en su casa de Matamoros- que cuando volviera algún diluvio universal lo usaría como barco para salvarse.

La Waila

Llegaron hace muchos años, quisieron cambiarnos, quisieron acabarnos pero aquí estamos y no nos vamos.
Dejaron un sax abandonado, una acordeón triste y un tololoche del tamaño de la montaña; se veían ahí tan solitos que un buen día los agarramos, con ellos tejemos la música de nuestros ancestros, de la tierra nuestra.
Los que se estan yendo wailando somos.

Pendejada y media

Voy pensando, si ella llega a la casa a la una y no estoy, se va a quedar esperando afuera ¡pobreeeeeee!
Entonces le hablo por teléfono y le digo que si llega primero saque la llave “de donde ya sabe” ¡mmmhhhhhh!
Y ¿si la llave no está?
Si la llave no está “en donde ya sabemos”, es por que ya la he recogido, he sellado la casa al vacío y ambos estamos adentro, re creándonos.
Pero yo vengo en camino… entonces… si la llave no está en el lugar de siempre, aquí hay un impostor. ¿Seré yo o será ella?

Uno planea con años de anticipaciao "I walk the line"

Queremos quejarnos formalmente de las instalaciones de los cines Gemelos Tec. Uno planea con meses de anticipación una ida al cine, hace lista de prioridades, planifica tiempos y lugares, se coordina en varios niveles con los compañeros de trabajo y, cuando por fin vamos a ver la función, nos equivocamos de sala, de tiempo, de ciudad y de intenciones.
Nos dimos cuenta del error porque nos encontramos a una amiga, que nos dijo que ahí no pasaban la película que queríamos ver, y cuando pasamos a la sala verdadera (donde si debían pasar la película) ¡se kema el jodido proyector y terminamos viendo una tercera parte de una otra película I walk the line (de Jhoony Cash) ¡con lo que nos encanta el contry!
Pinches cines “presumidamente primer mundistas”, no más porque están junto a las instalaciones del Tec de Monterrey, un remedo del MIT ¡no valen madres!